Navidad

Estamos ad portas de una nueva navidad y la necesidad por querer lo que no tenemos es inminente. Es bien visto hablar de navidad con sentido, sin embargo basta con darse una vuelta por los locales comerciales y darse cuenta que nuestra escala de valores está muy por debajo de lo que se predica. Un estudio hoy aparecido en un medio local efectuado por la Universidad Viña del Mar nos hace ver que el 70% de la población de esta región la V está endeudada. No voy a hacer comentario alguno al respecto, ya que aparentar lo que no tenemos me parece francamente burdo.

Sin embargo, tengo recuerdos muy latentes de algunas navidades en que celebrabamos con mis abuelos y primas . Con mucho esmero mi abuela ponía los regalos debajo del árbol, porque sagradamente a las 12 en punto se precedía a la entrega. Como siempre me caractericé por lo ansiosa, no aguantaba todo ese lapsus y con ciertos cómplices procedía a buscar los mios y dejarlos como si nada. Hasta que me pillaron y por supuesto solo mis regalos ya no aparecían debajo del árbol en navidades posteriores. Este episodio lo recordé gracias a mis hijos, debido a su complicidad en buscar los suyos y abrirlos para saber lo que eran, y con tanta honestidad contar la hazaña en el almuerzo.

Hoy se me vinieron muchos recuerdos de infancia sobretodo al ver que mis hijos crecieron y deseo que también algún día tengan sus propias añoranzas. Otro gesto muy marcador fue en un período de vacas flacas mi papá habló con nosotros nos explicó que en esa oportunidad el viejo pascuero solo nos podía regalar una sola cosa y me llegó un vaivén era un juego de plástico lo más problable que Shif u Otto Krauss estoy hablando de marcas nacionales en ese tiempo ni pensaba aparecer el boom de las importaciones. Creo que nunca fui tan feliz como esa vez , porque entendí la importancia de disfrutar de la simpleza y entender a mi padre que en ese momento no había más.

Les deseo a todos una ¡Feliz Navidad! en familia y a disfrutar con lo que se tiene.