Un café para Platón

El estar gran parte de tu vida acostumbrada a compartir solo con las personas que te conocen es una desventaja para poder comenzar a comunicarse con los que te ven a diario, pero no saben nada de tí y probablemente tienen muchos prejuicios sobre tu persona. Desde hace algún tiempo decidí desarrollar la virtud de la tolerancia, ya que por diversos motivos comencé a interactuar con más personas. Hoy, especialmente me dí cuenta que no me sé expresar y desgraciadamente mi lenguaje verbal no es precisamente el más adecuado para darse a conocer.

En estos casos veo que lo mejor es escuchar con humildad las críticas y esperar que el tiempo
se encargue de ver si se está actuando con honestidad y transparencia .

Las relaciones humanas son tremendamente complejas , pero puedo dar fe de un grupo de amigas muy sociables y leales que se juntan todos los días en la casa de una de ellas para compartir una taza de café y comentar las trivialidades de cada una. Se conocen hace muchos años, por lo tanto el fiato que existe es tremendo. Un día cualquiera la dueña de casa me invitó
para participar de este encuentro al cual acudí encantada. Es un grupo bastante heterogéneo con una diversidad de carácteres, edades, condición social , vivencias e inquietudes. Sin embargo, han logrado una armonía maravillosa, a pesar del tiempo ahí continúa esa amistad férrea y solidaria digna de imitar. Estas fueron las características que me llamaron la atención, aunque para mí no ha sido tan fácil ocupar un lugar .... más de alguna pesadez me he tenido que tragar por esta incorporación de alguien al que no conocen sus gustos, carencias, debilidades, fortalezas, aventuras,etc. Solamente nos unía el espíritu deportivo de todas las mañanas a la misma hora.