domingo, marzo 23, 2008

Bye,bye verano 2008

Con Jack Johnson me despido de este verano para empezar a ver como caen las hojas y observar los liquidámbares que en esta fecha se muestran con ese color tan característico del otoño.

jueves, marzo 06, 2008

Lo peor es la edad del pavo.

Siempre en algún momento de mi vida tuve de partner un hombre, especialmente mi hermano 4 años menor. Somos muy hermanables por lo que compartimos una complicidad bastante duradera.

Sin embargo, lo peor fue haber soportado la edad del pavo de él y su inseparable amigo Soji.
Ambos se encargaban de molestarme, burlarse e increparme, por lo que los llegué a odiar con toda mi alma.

No ha existido momento más traumático y odioso con el género masculino que este período y lo más insólito es hoy estar viviendo lo mismo con el hijo. Un niño tierno se volvió absolutamente contestatario, el choque generacional se ve a kilómetros, la apariencia física tiene cambios sustanciales y la agresividad está a flor de piel.

Si bien nosotras en esa época nos ponemos ultra sensibles, hiper huequitas y con harta retórica, ellos aplican la fuerza bruta para demostrar su individualidad e independencia. Además resulta difícil , porque hace 30 años las cosas eran muy distintas, no existía internet ni cable, había régimen militar, ni hablar de sexualidad, no se sabía del Sida ni se conocían los preservativos, no se viajaba tanto al extranjero, por lo que se vivía solo la realidad interna a menos que te fueras de intercambio, pero eran muy pocos los que tenían permiso para acceder a tanta libertad, habían solo universidades estatales , no todos los colegios eran mixtos.

En definitiva la adolescencia de hoy está mucho más desarrollada e hiperestimulada, si bien ambos géneros viven esta época con mucha intensidad, me resulta más difícil empatizar con los niños y trato de entender las respuestas sicológicas que me dieron por ahí, ya que los hombres tratan de desapegarse del vínculo materno para tener más autonomía e individualidad de forma agresiva y violenta por una cuestión de género, pero la manera me produce una rabia incontrolable, la agresividad no la tolero. Por suerte, me he sentido muy apoyada por mi marido y eso me ha ayudado a tomarlo con más sabiduría y paciencia y en estos casos la firmeza recíproca es fundamental para tener adolescentes no tan rebeldes.